
Es Birgilio, no Virgilio, se presentaba inventando una historia nueva cada vez que le preguntaban acerca de la b: mi papá tenía fobia a la letra v; el del Registro Civil era disléxico; la b es mejor que la v, y su favorita: la b es por Batman. Todas ellas estaban muy alejadas de la realidad. Mentía tanto que estaba convencido que logró olvidar el verdadero origen de su nombre, pero eso también era mentira: lo tenía tan presente que hacía miserable su existencia. La cruz de la b, escuché alguna vez que dijo.
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